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¿Cómo llegó la uva al Perú?
Garcilazo de la Vega afirma que la Vid llegó al Perú traída por Francisco de Caravantes, uno de los primeros conquistadores, quien trajo consigo uvas prietas de las Islas Canarias. También afirma que el primer vino producido en el Perú, se elaboró en Cuzco, en la hacienda Marcahuasi, en el año de 1560. Su dueño, Pedro López Cazalla, fue motivado a producir el primer vino, por el orgullo y la fama de ser el primero en el Cuzco en hacer el preciado vino de sus viñedos, más que por el dinero que ofrecía la corona en la época. Los reyes católicos y el emperados Carlos V, ofrecieron dos barras de plata de trescientos ducados cada una, a quien sacase fruto en la Nueva España, ya sea trigo, cebada, vino o aceite.
La necesidad de los reyes de España en cultivar las uvas en el Nuevo Mundo, tuvo dos razones: La primera, el elevado aprecio que tenían los españoles por la Vid, y la segunda, la necesidad del vino en la liturgia.
En el año 1522, una ordenanza de la corono española, indica que todos los barcos que se dirijan hacia el Nuevo Mundo, debían llevar cepas.
La Vid encontró tierra propicia para su siembra en el Virreynato del Perú, especialemente en Ica y Moquegua, donde se cultivó a gran escala, siendo ya entonces, los dos principales centros de producción vitivinícola del país.
Según Pedro Cieza de León, en la Crónica del Perú, publicada en 1553, indica que ya se conocían las viñas de San Miguel de Piura, Pacasmayo, Santa, Chincha y León de Huánuco.
A mediados del siglo XVII la viticultura estaba muy difundida y ya cultivaban algunas variedades de uva como: mollar, albilla, moscatel, blanca, negra.
El cronista jesuita, Bernabé Cobo, afirma que en el Nuevo Mundo, ya en el año 1551 se producía uva en abundancia, se observaban grandes extensiones de viñedos principalmente en el Perú. Cuenta que solo del Corregimiento de Ica, salían cada año más de cien navíos cargados de vino. Lo que generó competencia al comercio español, por ello Felipe II prohibió en el año 1641, el ingreso de vinos peruanos a Panamá y Guatemala. Aunque esta ley fue derogada posteriormente, porque el envío de vino desde España a sus colonias, resultaba muy caro para la Corona, las colonias y la Iglesia.
Con el tiempo fueron las haciendas las que se encargaron del cultivo de la uva.